Dice en Salmos, capítulo 115, versículo 3 al 5:

"Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro,

obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos".

Dios es el Creador de los cielos y de la tierra, y por su soberanía hizo todo lo que quiso, incluidos nosotros, los seres humanos. Además, Él es Espíritu; por eso no hay ningún fundamento en creer en los ídolos e imágenes que hacen recordar a un santo, porque eso es idolatría, y es obra de la imaginación del ser humano. La palabra de Dios lo revela lo que Él piensa sobre la idolatría, dejando en claro que esas estatuas son solo algo material, y no tienen ningún poder para hacer nada.

Es por esta razón que hay que abrir el entendimiento de todos los que no tienen conocimiento de las sagradas escrituras, para que sean verdaderamente libres.

En Isaías, capítulo 40, versículo 23, dice:

Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.

Es por eso que cuando un gobernante se ensoberbece y deshonra a Dios, tarde o temprano va a recibir su pago por parte del Señor, porque de Él es la tierra y su plenitud.