• 13 de Setiembre, 2019

DIOS ES EL ÚNICO QUE TE PUEDE AYUDAR

No busques a otros consejeros, ni ídolos, ni a otros hombres, la respuesta está en Dios, porque aquel que pide, recibe, y el que busca, halla, y al que llama, se le abrirá.

"Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios" Hechos 3 :1-8.

Esta historia bíblica nos ilustra la vida de un cojo de nacimiento que estaba acostumbrado a pedir limosna a todas las personas que entraban en el templo llamado la Hermosa.

Un día Pedro y Juan entraban al templo y al ver que el cojo les pedía dinero, Pedro le dijo:

 “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. Entonces el cojo se levantó al instante, se le afirmaron los tobillos y se fue saltando y alabando a Dios. Porque el Señor quiso glorificarse usando a sus discípulos, debido a que ellos estaban llenos del Espíritu Santo.

Dios quiere que te levantes, que ya no estés esperando recibir nada de nadie, sino que pongas tu mirada en Aquel que dio su vida por ti, Jesucristo, Él es el camino, el intermediario para llegar al Padre.

Cuando todos fallan, acuérdate que tenemos a la trinidad en los cielos que nos están viendo todos los días, Dios sabe lo que necesitamos, solo tenemos que llegar delante de Él y reconocer que no somos nada, arrepentirnos de todos los pecados que hemos cometido y aún de los que no nos acordamos y empezar a vivir una nueva vida de la mano de Aquel que quiere lo mejor para nosotros.

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