"¿Quién nos separará del amor de Cristo ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8: 35-39).

Las personas del mundo no pueden entender por qué amamos a Dios si no lo podemos ver, porque Él es espíritu.

Dice en la palabra del Señor bienaventurados los que no vieron y creyeron. Nosotros sabemos que Jesús resucitó, porque Él vive tiene que haber vida en toda reunión donde se predica el evangelio. Al alabar a Dios y adorarle, sentimos el amor del Señor en Su presencia, porque donde estén dos o tres reunidos en su nombre, ahí está Él en medio de ellos.

¿Quién me separará del amor de Dios? Cuando hay más persecución o quieran callarnos, o influenciar negativamente para que no prediquemos su palabra o para que no le rindamos culto es cuando más vamos a estar listos para testificar que Dios existe y que su amor jamás se agotará, sino que nos renovaremos cada día al buscar su rostro.

No dejes que el diablo te aleje de los caminos del Señor, aunque no tengas fuerzas llega a su casa, porque ahí está la victoria. Las cosas que no entiendes en tu presente, Él te lo revelará en el día oportuno y serás dichoso disfrutando de su verdadero amor.

Si Dios nos salvó es porque Él tiene un propósito con cada uno de nosotros. Pero las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia, por eso no hay que descuidarse sino estar apercibidos.