El complejo de inferioridad es sentirse menos que otro y pensar que no podrás hacer lo que otros sí han logrado. Hay muchos jóvenes y adolescentes que tienen este complejo. Nunca debes pensar que eres inútil. Asimismo, no dejes que aspectos negativos de tu vida te afecten, quizás una derrota o ideas negativas te están dañando, recuerda que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Talvez un aspecto físico como el sobrepeso ha generado un pensamiento, no permitas que eso avance. Cuando Cristo llega al corazón, las cadenas que te ataban se rompen y puedes comprender que para el Señor eres importante, útil, que posees muchos talentos para el servicio del Señor, que es lo más preciado; servir al Señor y ser feliz con Él.

Cuando ataca la depresión es una obra espiritual, de las tinieblas para destruirte, que solo el poder de Dios puede deshacer. No hay que escuchar la voz del diablo, porque eé quiere hacerte vulnerable ante esas dificultades.

Cuando experimentas el amor de Dios, comprendes lo valioso que eres e inmediatamente tienes la fortaleza que te brinda el Señor.

Las corrientes de este mundo solo traen perdición. Las distracciones y fiestas se presentan como algo inofensivo, pero esos caminos solo traen perdición y la muerte, porque ahí se mueve el enemigo de las almas. Muchas veces los amigos presionan a otros jóvenes o adolescentes a ser como ellos, pero ese es el comienzo de vicios y ataduras que complicarán tu desarrollo.

Por eso, no nos cansaremos de predicar de Cristo, porque Él existe para deshacer las obras del diablo.