No se puede reemplazar la palabra de Dios con cualquier distracción momentánea de este mundo, porque siempre la palabra de Dios y su dirección será lo más importante, si hay algo que está ocupando el lugar que le corresponde a las cosas espirituales, es una alerta de que no estás yendo en la dirección correcta.

La obra que Dios ha hecho en ti, no debe menguar, porque lo más valioso que tienes es haber conocido a Cristo y lo que se ha manifestado en tu vida, el cambio realizado por el poder del Señor.

Ahora, hay que ser bendición a otros, anunciando Su palabra, porque es una ordenanza divina.

Hay que llevar la vida del evangelio para que nuestras almas puedan vivificarse. Lo más importante es que la palabra de Dios no regresa vacía, sino que cumplirá el cometido para lo cual fue anunciada. Es decir que, esa palabra va a trabajar en el corazón y la mente de esa persona.

Existe una realidad que ha sido revelada en la Biblia; el estar en una lucha constante contra las asechanzas del diablo. Pero ¿cuándo podremos vencer toda asechanza? La respuesta es: hay que orar y ayunar para que Dios ponga un cerco protector en tu vida y no puedas sufrir ningún ataque. Esto tiene que ser constante porque al estar en una guerra, no se puede dormir, sino estar en una actitud vigilante.

Cuando vienes a la iglesia es cuando estás dentro del redil de las ovejas, al cuidado de tu Pastor Jesucristo, por eso es que tienes que permanecer dentro de la grey, porque ahí recibimos bendición y el alimento espiritual que necesita todo creyente.

Hay que recordar que mientras estemos en este cuerpo peligramos, por eso hay que estar sujetos a Cristo.