• 27 de Setiembre, 2019

Cristo me sanó y ahora le sirvo por gratitud

Por gratitud deje todo, por obedecer la voz del Dios que me transformó y me dio vida nuevamente, y hasta aquí Él me ha sostenido.

Dios les bendiga hermanos, mi nombre es Juan Carlos Zacarías Guzmán por la gracia del Señor Pastor de la iglesia en Hermosillo, Sonora, originario del municipio de Salto de agua, Chiapas.

Conocí al Señor a la edad de veintiseis años en una pequeña iglesia del municipio de Villahermosa, Tabasco, aquel día la misericordia del Señor me alcanzó de una manera extraordinaria, la salvación de mi alma fue complementada con la sanidad de mi cuerpo, sufría de una ulcera en mi estómago y mis pulmones estaban también muy dañados, el médico ya me había diagnosticado tuberculosis.

Recibir aquella sanidad fue motivo para decirle al Señor que usara mi vida y que si en algo le podía servir, que estaba dispuesto a ir a donde Él me enviara. Después de un par de años, Dios me habló por medio de un sueño, en el cual podía ver un árbol de ciruela lleno de frutos maduros, fui el único que subió y al tocar aquellos frutos pude ver claramente que estaban maduros. En aquel mismo sueño había dos personas que nos ordenaban matar a otras personas, me negué y comencé a decirles que solamente Cristo les podía dar la paz y el gozo, aquellas personas fueron tocadas por el poder de Dios.

Hoy día sirvo al Señor al norte de México; en el estado de Sonora. Por cuatro años el Señor me ha permitido servirle dentro de la obra del Movimiento Misionero Mundial, dándome también la responsabilidad de plantar la primera iglesia de esta bendita obra en este extenso estado.

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