La misericordia es una virtud que produce compasión por los sufrimientos o problemas que padecen las personas. Dios nos renueva cada día su misericordia hacia nosotros, porque con amor eterno nos amó por ser Su creación.
La misericordia de Dios es la muestra de su compasión para con los seres humanos, la cual se refleja en el interés que Él tiene de que todas las almas procedan al arrepentimiento, y es importante que nosotros entendamos ese amor, esa misericordia, porque Dios dice en su Palabra “alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jeremías 9,24).
Todos los que somos parte de la Iglesia hemos llegado por Su misericordia, todos la hemos experimentado, todos hemos tenido que sentir y ver su misericordia en nuestro diario vivir, reflejado en cualquier tipo de situación, peligros, enfermedades, enemigos. Solo hay que hacer memoria y recordar el momento en que Dios nos ayudó, porque Dios es bueno y a todos los seres de Su creación se ha revelado.
Cristo “al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9,36). La misión de Cristo es la expresión más grande de amor y misericordia de Dios para con el hombre en esta tierra y nadie ha hecho ni hará algo parecido, pues solo Cristo es santo, y entregó su vida en santidad, por eso lo amamos.
Muchas veces las personas son egoístas y malas con sus acciones, y no muestran reconocimiento a Dios con alguna acción de gratitud hacia Él. “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:22-23).
Por la misericordia de Dios seguimos con vida, es algo en lo que debemos pensar y agradecerle a Dios, pues Él es verdadero y poderoso. Hay que reconocer las oraciones de aquellos que oraron previamente por nuestras vidas, que, clamando por misericordia, la luz de Cristo alumbró nuestro caminar e hizo que conociéramos a Dios y no nos llegara la muerte estando en la oscuridad del mundo.
En los momentos de angustia obra Dios. La biblia dice: “Clama a mí y yo te responderé y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no conoces” (Jeremías 33:3). A veces pasan situaciones como un proceso en la persona, para llegar a los pies de Dios por misericordia divina, para estar dentro de los propósitos benditos de Dios y tener la salvación del alma dentro del redil del buen Pastor.
Cada mañana las misericordias de Dios se renuevan. Las tentaciones de hoy, las batallas de hoy, no son las mismas que las de mañana. Al despertar, debemos acordarnos que es la misericordia de Dios que está con nosotros, y reprender todo ataque del enemigo, porque el enemigo ataca de muchas maneras y solo con la seguridad de Dios y su misericordia podremos vencer.