• 22 de Julio, 2019

LA AMISTAD CON EL MUNDO ES ENEMISTAD CON DIOS

La Palabra de Dios nos conduce a toda verdad. Si amamos a Dios, entonces nos apartaremos del mundo, porque nada bueno hay lejos del Señor.

La Palabra de Dios nos dice en Santiago 4:4 “¡Oh, almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.

Es muy importante estar con Dios y no apartarnos ni a diestra ni a siniestra, sino seguir por el buen sendero que nos trazó Jesucristo, el cual nos lleva a la vida eterna.

Dios nos expresó que Él no tiene ninguna relación con el mundo, porque en el mundo hay una inmoralidad contraria a las enseñanzas de Dios, debido a que en el mundo reina una conducta que desagrada al Creador; por eso hay tanto pecado y las personas no se sacian de pecar.

Cuando venimos a Cristo, estamos en una relación directa con Dios, porque ya estamos libres de toda opresión del mal. Ahora tenemos un mandato divino que es el anunciar el evangelio para que las personas puedan ser libres del pecado y puedan vivir para Dios.

 Asimismo, es muy importante que desde pequeños se les hable a los hijos del Señor, que haya una influencia sobre las cosas del cielo para que nunca los puedan mover de la fe.

 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. 1 Juan 2:15-16

No se pueden amar las prácticas, las costumbres, los vicios, las modas del mundo, porque entonces el amor del Padre no está en nosotros. Dios ama la fidelidad a su Palabra.

Como dijo Dios: “ninguno puede amar a dos señores porque o aborrecerá a uno o amará al otro, se apegará a uno y despreciará al otro”. Que nadie se engañe, si no quieren saber del Señor es porque hacen lo malo.

Después del pecado viene el dolor, la angustia, las consecuencias, por eso el mundo pasa y sus deseos, pero el gozo eterno es en la presencia del Señor que no se puede comparar con nada de las cosas terrenales.

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir”. 2 Pedro 3:10-11

Dios nos aconseja que todo lo terrenal tiene un fin, por eso, el pecado no tiene sentido, solo dura un segundo y las consecuencias son por siempre. En cambio, bienaventurado aquel que obedece la palabra de Dios para alcanzar la Salvación del alma en la presencia del Dios Altísimo. Que el Señor bendiga nuestro camino y nos use para bendición de muchas almas que aún no conocen al Salvador Jesucristo.

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